La energía y la mujer como fuerza para promover grandes cambios

Jocelyn Ann Black, afirma que la clave es trabajar en forma colaborativa y en comunidad, entender que los seres humanos viven en un ecosistema y que juntos se puede hacer más que como individuos

Jocelyn Ann Black es una apasionada de los grandes cambios que se están generando en el mundo a todo nivel. Para ella todo está ligado con la energía, no hay ninguna organización ni ninguna persona que esté muy distante de la transformación energética. 

Tras 10 años de experiencia en este mercado, no hay ningún aspecto que se le escape en cuanto a su especialidad y los grandes retos que se avecinan. Tanto así, que es una fiel convencida del papel protagónico que tienen las mujeres de cara a las nuevas formas de desarrollar planes profesionales, de gobierno y familiares.

Su bandera es el intraemprendimiento, pues, para ella, este concepto es clave en aquellas personas identificadas como luchadores del propósito de las organizaciones, seres que quieren cambiar el mundo, para que, en vez de irse de sus puestos de trabajo, más bien cuenten con los recursos y la credibilidad en sus talentos para potenciarse.

 

 ¿Cómo podría describir su trayectoria hasta lograr tener un importante rol en la alta dirección de organizaciones como el grupo Imelsa, la Red de Líderes de Sustentabilidad Corporativa Latam, entre otras organizaciones que representa?

La verdad es que uno pasa por diferentes fases en la vida. Cuando se comienza una trayectoria o un camino profesional. Puedo decir que en cada etapa he sido capaz de aprovechar lo mejor y, además, generar una red de contactos. 

Fue así como en el grupo Imelsa tuve una buena experiencia. Después salí a trabajar afuera, estuve 5 años en Brasil con una empresa de telecomunicaciones y cuando volví traje un montón de nuevos aprendizajes. Llegué con una visión mucho más estratégica, más operacional a como la tenía antes y fui agregándole ciertos factores, haciendo conexiones con mucha gente, lo que me ayudó a ir avanzando e  ir construyendo más cosas dentro de la organización. Creo que la capacidad y habilidad de autoconocimiento, que fui descubriendo con el tiempo, fue la que me llevó a sacarle provecho a cada experiencia, esté donde esté.

Fue ese mismo ímpetu de poner los desafíos al frente para movilizar una organización el que, finalmente, hizo que el equipo de David Falcon me llamara para ser parte en este desafío de armar una red de sostenibilidad. Nacimos durante la pandemia y, a la fecha, ya tenemos un grupo importante de seguidores, participantes y miembros, que se mueven con el espíritu de generar red, conocimiento e inspirarse unos con otros. 

Esto también me ha llevado a ser invitada a formar parte del círculo de personas del instituto de directores, en donde cada dos o tres meses se tienen conversaciones importantes con personas estratégicas de organizaciones nacionales e internacionales.

Si somos capaces de hacer eso en forma colaborativa, empezamos a aprender que trabajamos en comunidad, que vivimos en un ecosistema y que todos juntos podemos hacer mucho más que en forma individual. 

 

2 - ¿Cómo mujer, considera que hay una fórmula profesional para resaltar y escalar dentro de las instituciones?

Escuché hace poco tiempo una frase que no es mía pero la voy a nombrar: “hoy día hay que aprovechar porque ser mujer es un activo” y concuerdo con esto. Actualmente se están generando oportunidades. 

Creo que las personas se tienen que ganar sus posiciones sean hombres o mujeres, por sus competencias, capacidades, conocimiento. Como mujeres somos muy inseguras de nosotras mismas, no confiamos en nuestra capacidad, sabemos que somos multitarea y que podemos asumir muchos roles, pero a veces nos auto cortamos, no nos sentimos seguras.

Yo creo que cuando las mujeres somos capaces de auto conocernos y miramos nuestros puntos fuertes y débiles, allí reconocemos dónde nos tenemos que capacitar más y hacer crecer nuestro camino. También es clave saber cuál es el propósito de nuestra vida, pues ese es el sentido, lo que nos hace vibrar y hay que jugársela por eso.

¿Qué recomendaciones puede dar para inspirar a las nuevas generaciones de mujeres en la actualidad?

El mercado energía es ultramente masculinizado y, según las cifras más actualizadas, las mujeres tenemos 23 % participación, lo cual, aunque bueno, es muy bajo.

En las transiciones, y especialmente la que vamos a vivir en los próximos años en el mundo energético, se va a requerir de diferentes miradas desde una perspectiva mucho más amplia y mientras más diversidad exista, mejor. 

Las mujeres somos pieza fundamental en esto, pues contribuimos en acelerar el proceso de transición energética con mayor éxito, principalmente, porque colocamos una cuota de diversidad, equilibrio, de pie tierra y empatía.

Creo que el trabajo empieza en la escuela, donde las niñas tengan herramientas, se le despierte la curiosidad y se sientan parte de un mundo profesional que las espera y que pueden generar cambios. 

¿Por qué es clave el intraemprendimiento como un movimiento relevante para las organizaciones de hoy?

El intraemprendimiento es una temática que nace en los años 80 en Estados Unidos, y en donde, en medio de un proceso de crisis,  las empresas se cuestionan cómo crear diferentes soluciones para diferentes oportunidades o problemáticas del mercado, empezando a ver cómo trabajar desde dentro de la organización inteligente.

En ese sentido, el intraemprendimiento es un movimiento súper clave para no tener que buscar fuera de las organizaciones, sino dentro, creando espacios para que los propios colaboradores generen esas capacidades a desarrollar.

 

¿Qué son las temáticas ESG y por qué son tan relevantes?

Environmental, Social and Governance (ESG) es la nueva sigla que se usa para los pilares de la sostenibilidad. Antiguamente la conocíamos como el pilar económico financiero, el pilar social y el pilar medioambiental. 

La forma en que yo administro una empresa habla mucho de cómo me relaciono con el resto de temáticas, me importan tanto hacia adentro como hacia afuera. Entonces, las personas y  la gobernanza pasan mucho más allá de buscar retorno para el accionista a buscar el bien en el entorno. No solamente velar por, obviamente, la rentabilidad del negocio, sino también cómo puedo ser justo y hacer temáticas con el resto de los stakeholders, cómo involucro los diferentes grupos de interés. 

Esa “S” que conocíamos como la responsabilidad social empresarial, que se dedicaba fuertemente al accionar comunitario,  hoy involucra también a los proveedores, considerándolos parte de una comunidad. De esta forma, la empresa se compromete con ellos para ayudar de forma multilateral. 

 

Luego de más de 10 años en el mercado de la energía, ¿Cuál es el aspecto que más ha despertado su pasión?

La energía es una pasión y debería ser la pasión de todos, sin importar dónde estén. Siento que es la que nos puede dar toda la fuerza para sustentar los grandes desafíos que tienen las compañías en la digitalización, en las transformaciones de los negocios, de los procesos, en la rotación, en todo.

 

Usted es fiel creyente de que la transformación energética y la femenina van de la mano. ¿Cómo describiría esta sinergia?

Para mí las transiciones requieren equipos diversos y multidisciplinarios. Creo que las mujeres tenemos una capacidad de ver en forma holística y en perspectiva las cosas que pasan. No es que los hombres no la tengan, pero creo que las mujeres tenemos un grado de empatía más desarrollado y esa capacidad de multitasking también más desarrollada.

Eso permite que podamos mirar en forma estratégica muchas acciones. Además, creo que las mujeres tenemos una capacidad enorme de humanizar proceso. Somos buenas coordinadoras, organizamos nuestras familias, nuestro hogar y nuestros trabajos, entonces somos capaces de generar muchas redes e interconectar personas, y saber cuáles son sus roles correctos.