La experiencia adquirida por el equipo de profesionales del grupo empresarial INCO SAS (Col) – INCOCIV SRL (RD), en el acompañamiento y desarrollo de proyectos de energía, nos permiten compartir lo que se ha convertido en el ADN de nuestra organización, con experiencias de éxito que han significado un componente de aporte a las comunidades en las zonas de influencia de proyectos de generación de energía.

Las buenas prácticas del ejercicio de la ingeniería deben incluir componentes de beneficio social, lo cual aporta a los indicadores de sostenibilidad y se traducen en un bienestar para la población sobre la cual inciden los proyectos, generando una relación armoniosa de partes interesadas (Stakeholders). Estos beneficios para las comunidades, normalmente incluyen generación de empleo, obras de infraestructura de servicio común, apoyo a iniciativas de producción local y formación de personal en las áreas objeto del proyecto; y es en esto último donde centramos nuestra atención en el presente artículo.

La formación del personal en las regiones donde inciden los proyectos de energía, tiene un efecto a corto y largo plazo, cuyos beneficios se evidencian como:

• Generación de empleo.
• Minimización de accidentalidad del personal contratado localmente.
• Proyección de relevos generacionales en proyectos de energía que normalmente se estiman con vida útil por encima de los 20 años.
• Aumento en la satisfacción de la población local y aporte en la reducción del delito por la inclusión de personas menos favorecidas.

La formación del personal, como parte de la ejecución de un proyecto de energía, debe incluir estrategias y metodologías comprobadas como efectivas en otros campos de la industria como lo es el OJT (On Job Training) en la industria aeronáutica, lo cual requiere ser estructurado como un programa particular del tipo de proyecto, incluyendo una estructura metodológica con enfoque sistémico, y cuyo producto final es un individuo con una competencia laboral certificada y convalidable en otros proyectos de naturaleza similar.

Los componentes de un programa OJT deben incorporar aspectos como:

• Identificación de perfiles a formar, tales como operadores o mantenedores de infraestructura, particularizando las diferentes subdivisiones por subsistemas críticos.
• Identificación de los requisitos mínimos necesarios para la incorporación de un candidato a formar bajo la estrategia OJT.
• Planeación y diseño de contenidos del programa de formación de acuerdo con los requerimientos del proyecto, contemplando una estructura por módulos.
• Identificación del tipo de apoyo técnico y logístico requerido.
• Diseño de material didáctico sobre los módulos para cada uno de los contenidos abordados en el programa.
• Identificación del recurso humano especializado en cada módulo dentro de la organización, o visualizar la sostenibilidad económica para hacer uso de externos.
• Definición del componente teórico, orientación de clases de cada uno de los contenidos dentro de los módulos del programa de formación a cargo de cada instructor experto en los diferentes módulos del programa.
• Diseño de los instrumentos de campo para la formación y desarrollo de habilidades prácticas en sitio.
• Diseño de los instrumentos de evaluación teórica y práctica.
• Establecimiento del soporte corporativo de acreditación del cumplimiento de un programa OJT.

Sin lugar a dudas, un programa de esta naturaleza al interior de un proyecto energético no pretende reemplazar las funciones propias de la autoridad y/o comunidad educativa, pero mediante una estructura con este enfoque, la inversión económica con cargo al proyecto redundará en aspectos económicamente tangibles, adicional a los indicadores de sostenibilidad planteados arriba, como pueden ser:

• Reducción de pérdidas derivadas de daños por impericia.
• Minimización de riesgos que afecten la disponibilidad de unidades de generación.
• Minimización de costos de mano de obra futura derivados de los traslados desde otras regiones distantes al proyecto.