El tránsito hacia la sostenibilidad debe ser por convicción, no por obligación

Para el profesor e investigador, el empresariado dominicano está haciendo grandes esfuerzos para mejorar de forma voluntaria el impacto ambiental y social de sus negocios.

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La sostenibilidad se rige bajo el principio de asegurar las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras, siempre apuntando a la protección del medioambiente, el crecimiento económico y el desarrollo social. 

El cambio climático ha obligado a replantear los hábitos de vida y urge a empresas e instituciones a cambiar su propósito hacía la sostenibilidad. En el país, el Centro Barna de Sostenibilidad busca impulsar la transición del mundo empresarial hacia un modelo económico inclusivo y sostenible. Guillem Martí, su director, señala que “la sostenibilidad en la República Dominicana, igual que en gran parte del mundo, es todavía incipiente. A nivel regional, podemos destacar a Costa Rica como un país que se ha tomado seriamente la sostenibilidad y ha sido capaz de mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y de desarrollar su economía gracias a la protección y regeneración ambiental”.

Martí, quien es Doctor en Ciencias Humanísticas y Sociales por la Universitat Abat Oliba CEU, Licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universitat de Barcelona y Licenciado en Derecho por la Universitat Oberta de Catalunya, además de profesor titular residente de Barna Management School, afirma que Europa es la región líder a nivel mundial en este campo, ya que mediante leyes y normativas muy estrictas, la Unión Europea ha conseguido que las empresas adopten modelos de producción más sostenibles. “En República Dominicana no contamos con normativas tan sólidas, ni con la capacidad fiscalizadora necesaria para hacerlas cumplir. No obstante, observamos cómo el empresariado está haciendo grandes esfuerzos para mejorar de forma voluntaria el impacto ambiental y social de sus negocios. Es esperanzador que las empresas dominicanas estén transitando hacia modelos más sostenibles por convicción y no por obligación”, apunta.

 

¿Cuáles son los desafíos que enfrentan las empresas dominicanas en términos de sostenibilidad y competitividad actualmente?

Las empresas tienen que adaptarse a tres grandes disrupciones globales. En primer lugar, el cambio climático está alterando los ecosistemas que soportan nuestra civilización y haciendo más graves y habituales fenómenos extremos, tales como huracanes, sequías, inundaciones e incendios. En segundo lugar, el aumento de la población mundial y el crecimiento de la clase media están generando una creciente demanda que acentúa la escasez de alimentos, agua, energía y toda clase de recursos naturales. La tercera gran disrupción es el aumento de la transparencia gracias al desarrollo de las telecomunicaciones, las redes sociales y la educación de los consumidores.

No se trata de fenómenos que puedan suceder en el futuro, sino de realidades que ya están transformando la República Dominicana. Hace una década que el sargazo castiga el sector turístico. La pérdida de cobertura boscosa para el consumo de madera, la ganadería o construcción, está degradando las cuencas hídricas y, con ello, disminuyendo la disponibilidad de agua dulce. Los residuos plásticos que cubren nuestros ríos y playas han sido objeto de fuertes críticas internacionales, perjudicando la reputación del país. Y un nuevo estilo de investigación y comunicación, basado en las redes sociales, ha permitido que jóvenes con escaso apoyo pongan en jaque a empresas e instituciones que actúan contra el interés público.

La tendencia es clara y las empresas dominicanas tendrán que adaptarse a un clima más seco, a un océano que engullirá gran parte de las playas que atraen a los turistas y a la ocurrencia de huracanes más violentos y frecuentes. También deberán ser capaces de producir los bienes y servicios que requiere la creciente clase media del país, evitando la sobreexplotación de los recursos naturales disponibles. Y, adicionalmente, tendrán que desarrollar modelos de negocio más respetuosos con el entorno ambiental y social, dado que los consumidores y reguladores tendrá a su disposición mejores fuentes de información y mayores facilidades de comunicación.

 

En su opinión, ¿no ser sostenible entraña algún riesgo para una empresa hoy día? ¿Por qué?

No es una cuestión de riesgos, es una cuestión de negligencia. Las empresas existen para ofrecer valor al mercado y, con ello, hacer crecer el capital invertido por los socios. Aquellas empresas que no estén trabajando para mitigar y adaptarse a las tres grandes disrupciones que comentamos anteriormente, están perjudicando activamente la sociedad y están deteriorando el patrimonio de sus inversionistas.

Esto lo tiene muy claro Larry Fink, CEO de BlackRock, la mayor gestora de fondos del mundo. En su carta a los accionistas del presente año, Fink explicó que “nos enfocamos en la sostenibilidad no porque seamos ambientalistas, sino porque somos capitalistas y fiduciarios de nuestros clientes”. Los mercados financieros son conscientes de los riesgos de invertir en empresas que dañan el medioambiente y que perjudican la sociedad. Por este motivo están empezando a penalizar aquellas empresas que no transitan hacia modelos de negocio más sostenibles.

 

¿Cuál considera usted que es el papel del líder empresarial en la transición hacia la sostenibilidad?

La sostenibilidad tiene que ser una parte fundamental de la estrategia empresarial. El plan de sostenibilidad debe emanar del líder para generar compromiso, credibilidad y claridad de forma transversal en toda la organización. Así, el líder de la empresa tiene un rol definitorio en la transición hacia la sostenibilidad.

 

¿Cómo escoger los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para maximizar el impacto positivo de las operaciones de una empresa?

Los ODS son una excelente herramienta para identificar los impactos que genera la empresa a su entorno. Una vez identificados los ODS más afectados por la actividad del negocio, se pueden diseñar iniciativas que permitan evitar, compensar o mitigar los efectos adversos y potenciar. Un buen plan de sostenibilidad se concentra en aquellas áreas en las cuales la empresa genera impacto directo, evitando desviar la atención hacia actividades no relacionadas con el negocio.

Las Naciones Unidas tienen a disposición del público la SDG Compass, una guía de implementación de los ODS. En este documento se segrega cada uno de los 17 ODS en metas concretas y se proponen indicadores para verificar su cumplimiento.

 

¿Cómo saber si el cambio se está haciendo hacia la dirección correcta? ¿Cómo reconocer que la estrategia está errada para enderezar el rumbo de la empresa?

Igual que con cualquier proceso de implementación, es necesario disponer de indicadores que permitan monitorear el progreso. Se deben tomar indicadores que permitan conocer el impacto de la empresa con el entorno ambiental, el social y el del propio gobierno corporativo. Estos son los tres pilares ESG que conforman la sostenibilidad de la empresa.

Antes de iniciar la implementación se necesita tomar mediciones para conocer el punto de partida. Cada proyecto debe tener un calendario de metas a alcanzar que sean contrastables a partir de los indicadores seleccionados. Así, durante la implementación del proyecto se podrá conocer de forma precisa el impacto que cada iniciativa está generando. Esto permitirá determinar el rendimiento que las inversiones realizadas aportan en términos de sostenibilidad.

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¿Cuán importante es potenciar la cultura de sostenibilidad a lo interno de la empresa? ¿Cómo integrar a los colaboradores dentro de la estrategia sostenible del negocio?

La sostenibilidad no consiste en organizar una jornada de limpieza de playas, de siembra de árboles o de recaudación de fondos para ayudar a niños. La sostenibilidad consiste en crear modelos de negocio regenerativos, en potenciar el desarrollo social y en crear estructuras de gobierno corporativo robustas. Por lo tanto, para que una empresa mejore su sostenibilidad, necesita potenciar una cultura de innovación que permita cuestionar las tradiciones, proponer nuevos procesos y reformular las propuestas de valor. Es indispensable capacitar a los colaboradores para que entiendan la importancia estratégica de la sostenibilidad en el negocio y para que encuentren inspiración en las prácticas implementadas en otras empresas.

 

Los stakeholder también están viviendo su propia transición hacia la sostenibilidad, ¿cuáles son las claves para alinear ambos caminos?

Los stakeholders son aquellos agentes que tienen interés en la actividad de la empresa, conforman su entorno y tienen capacidad para influir sobre la misma. Por tanto, los stakeholders son aliados clave para mejorar la sostenibilidad de la empresa.

Por ejemplo, se pueden establecer sinergias con clientes para gestionar cadenas de logística inversa y mejorar la responsabilidad extendida del productor. De la misma forma, se pueden establecer alianzas con proveedores para reducir los empaques y mejorar la trazabilidad de la materia prima utilizada. Los trabajadores y las comunidades ofrecen valiosa información para desarrollar iniciativas de sostenibilidad social que mejoren la seguridad y la salud de las personas impactadas por la empresa. Los reguladores son aliados esenciales para proteger el interés público. Incluso se pueden establecer relaciones de coopetencia, en las cuales se colabora con la competencia para desarrollar estándares que mejoren la sostenibilidad del sector.

 

¿Qué rol juega la comunicación dentro de una empresa que está en plena transición hacia la sostenibilidad?

La comunicación interna de la empresa tiene un rol importante a la hora de difundir de forma clara los objetivos en materia de sostenibilidad, y darles el carácter y relevancia que ameritan. De esta forma, se contribuye a generar compromiso. Como toda gran transformación, la sostenibilidad no solo requiere conocimiento, también necesita una gran dosis de pasión. Transmitir esta pasión está en manos de los departamentos de comunicación.

Descubrir en el terreno los impactos que la empresa genera sobre el entorno es una excelente forma de comunicar, generar compromiso y despertar entre los colaboradores pasión hacia la sostenibilidad. Visitar las comunidades con las cuales se relaciona la empresa, conocer las fuentes de agua y los lugares de deposición de los residuos, entender cómo se genera la energía que se utiliza o vivir el proceso de obtención de la materia prima, son experiencias que permiten entender la importancia de mejorar la relación con el entorno.

En cualquier caso, es fundamental ser honesto en cuanto a la sostenibilidad. Se tiene que ser muy cuidadoso en no utilizar la comunicación para maquillar, exagerar o mentir acerca de la sostenibilidad de la empresa. Los consumidores cada vez identifican mejor el “greenwashing” y castigan con severidad aquellas empresas que simulan ser sostenibles. Los stakeholders prefieren una empresa que, de forma sincera, expone los retos que tiene en materia de sostenibilidad y que plantee un plan realista para corregirlos, en lugar de una empresa que disimula su impacto y se hace pasar por “verde”.

 

¿La tecnología es aliada o enemiga de la sostenibilidad?

La tecnología tiene un gran potencial para mejorar la sostenibilidad. Tomando como ejemplo el sector energético, no quedarían bosques en el Planeta si todavía usáramos la madera como principal materia prima para la generación de energía. Los avances tecnológicos han permitido aprovechar fuentes energéticas cada vez más eficientes que han potenciado el desarrollo económico y social.

No obstante, la tecnología también alberga riesgos para la sostenibilidad. Siguiendo con el ejemplo de la energía, hemos disminuido la tala de árboles para generación de energía, pero el carbón, el petróleo, la energía nuclear y el gas, vienen acompañados de grandes retos para la sostenibilidad. Incluso, las energías renovables plantean dificultades para que sean realmente sostenibles.

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En el desarrollo de modelos de negocios sostenibles, ¿qué elementos son claves destacar?

Un modelo de negocio sostenible acostumbra a destacarse por tener una misión vinculada con un propósito que genere valor social y ambiental. En su actividad productiva, se caracteriza por la ausencia o mitigación de externalidades negativas, que son los impactos negativos causados a terceros. Y otro elemento a destacar de los negocios sostenibles es que establecen mecanismos para que el valor generado sea distribuido de forma justa entre los stakeholders, lo que se conoce como “shared value”.

Los negocios sostenibles acostumbran a tener como denominador común el planteamiento de estrategias a largo plazo. La urgencia por presentar resultados trimestrales con beneficios crecientes y con cashflows positivos genera incentivos para la sobreexplotación del entorno, hipotecando el futuro de la empresa. En la medida que la compañía se libera del cortoplacismo, puede establecer planes de acción para la generación de valor sostenido a lo largo del tiempo.

 

Como director del Centro de Investigación de la Sostenibilidad, ¿qué modelos de negocios sostenibles ha visto nacer, crecer y convertirse en casos de éxito en la República Dominicana?

La escritura de casos, las entrevistas para el podcast “Barna Al Día” y las visitas a empresas que hacemos desde el CIS, me han regalado la oportunidad de conocer directivos y organizaciones inspiradoras.

Me fascinan las inversiones que han hecho AES y CEPM para que el gas natural, conocido como la energía de transición, gane peso en la matriz energética nacional. También me ilusiona conocer los nuevos proyectos de generación solar y eólica de EGE Haina y la capacidad de producir energía a partir de la biomasa de caña de azúcar en San Pedro Bioenergy.

Es admirable como Barrick y Cormidom están aportando riqueza al país con modelos de minería cada vez más respetuosos con el medioambiente y las comunidades. En el sector turístico destacan empresas como Grupo Puntacana, Hoteles Iberostar y Cap Cana, que cuidan las playas y las personas que atraen visitantes de todo el mundo. También hay actores destacados en materia de sostenibilidad en otros sectores como Gerdau-Metaldom en la industria, Codevi en la manufactura, Grupo Popular en las finanzas o Macadamia la Loma en la agricultura.

A parte, Dominicana cuenta con destacados activistas y consultores que ayudan a las empresas a transitar hacia modelos de negocio más sostenibles, entre ellos Greenergy, Sostenibilidad 3Rs, Una Vaina Verde o Fundación Verde Profundo.

También Factor de Éxito está contribuyendo a mejorar la sostenibilidad del país con publicaciones como esta y con su alianza con el Centro de Investigación en Sostenibilidad. En definitiva, somos muchos, cada día más, los que ponemos nuestro granito de arena para que la República Dominicana y el mundo entero puedan generar valor facilitando el desarrollo social y la regeneración ambiental.