Para transformar se requiere pasión y perseverancia sostenida
A Sol Disla, una vez su madre, Martha, le dijo: “Sé todo lo que quieras ser, sin temor a arrepentirte”, y esto se convirtió en un pilar fundamental en su carrera. Por eso, para la directora ejecutiva de ANJE, “una mujer líder es una mujer que se atreve a desafiar su realidad y se antepone a las circunstancias adversas para, con su ejemplo, inspirar a otras. Es una que sabe la responsabilidad que tiene frente a otras generaciones que necesitan de su coraje y que necesitan de su valor para también provocar cambios positivos en su entorno”.
Afirma que, aunque existen múltiples corrientes del liderazgo, “puedo señalar que el liderazgo femenino tiene un matiz distinto, que lo hace cautivador, y ese mismo efecto envolvente provoca que entre los colaboradores, sus pares e incluso superiores se dé ese «efecto transformador (...) Estoy convencida de que el liderazgo femenino posee un efecto transformador tan amplio y diverso que hoy en día lo concibo como un mecanismo para abrir paso a la equidad de forma más integral y menos utópica en la sociedad”.
A otras mujeres, Disla le diría que “¡PARTICIPEN! No se queden fuera del juego. Cada vez más las empresas prefieren evaluar técnicas, funcionarias y empleadas, por las actividades en las que participan (...) Por eso hay que bajar al terreno de juego, no quedarnos en las gradas. Las cosas nos pasan cuando estamos jugando, no cuando estamos viendo el juego”.