Estamos convencidos de que debemos de actuar con base a lo que sentimos y se nos olvida que las emociones son volátiles. Pueden cambiar de un día a otro, incluso en el mismo día y sin previo aviso.  

 

Cuando nuestras emociones ejercen todo el control sobre nuestra vida es cuando más problemas tenemos a la hora de lidiar con las dificultades que se nos presentan.  

 

La inteligencia emocional hace parte de la habilidad esencial que todos necesitamos para poder funcionar de manera adecuada frente al mundo.  Por ejemplo, ¿quien alguna vez en medio del enojo no ha hecho comentarios que le ha metido en problemas? En el ambiente laboral, familiar, e incluso social.  

 

Continuamente decir que nos falta paciencia y que explotamos fácilmente ya es un discurso inaceptable. Especialmente si este comportamiento en lugar de ayudarte a alcanzar tus metas te está alejando cada vez más.  

 

Hay algo que olvidamos y es que ninguna persona disfruta la compañía de alguien que no puede gestionar lo que siente, que explota con gran facilidad, y que no se comunica de manera asertiva. Peor aún, una persona que tiene la capacidad de complicar cualquier situación y termina formando un caos de comunicación generando más incomodidad con los demás.  

 

Alguna vez te han llamado problemático, dramático, impulsivo, e incluso irracional y conflictivo? Si es así, tienes que saber que muy probablemente la manera en la que reaccionas es la manera que has aprendido en tu lugar de crianza junto a las personas que han estado contigo acompañándote en gran medida. Sin embargo, con la guía correcta este problema se puede solucionar y podrás ver los cambios que tanto quieres ver en tu vida.  

 

Todo comienza con la aceptación de que hay algo que ya no queremos que nos acompañe, y con la humildad para reconocer de qué queremos evolucionar y convertirnos en mejores personas.  

 

 

-Nunca actúes bajo la influencia de ninguna emoción como el enojo, la indignación, o el miedo.  

-Aprende a conocer tu cuerpo, comienza por aprender a respirar profundo y a calmar tus síntomas físicos antes de querer cambiar la manera en la que piensas y sientes. Paso a paso te darás cuenta que si es posible.  

-Recuerda siempre que hay una gran diferencia entre estar enojado y actuar con enojo. No tienes que hacer exactamente lo que tu emoción te indica.  

 

La ansiedad en la relación de pareja: 

 

Si sientes que el estar en una relación te produce ansiedad e incertidumbre. Entonces es necesario que examines el “por que”  muchas veces hay un temor subyacente que nace del miedo a ser abandonado o traicionado. Si te identificas con los celos es muy posible que te estés vinculando de manera ansiosa. Te explico, a veces desconocemos el efecto mayor que ha tenido en nosotros nuestras heridas de infancia, e incluso la relación previa que vivimos y que no hemos superado o procesado debidamente.  

 

En el caso de las personas que han vivido infidelidad hay algunas secuelas que quedan a partir de este evento  que muchas veces no es  tan fácil de superar sin ayuda. Podrás identificar que es tu caso si sientes que en lugar de vivir una relación la estás padeciendo todos los días.  

 

Algunos de los síntomas que pueden presentar son:  

Necesidad de controlar a la pareja (chequear sus redes sociales, estar pendiente de los likes, comentarios) Necesidad de reclamar constantemente  

Sobre analizar y buscar señales, por ejemplo interpretar erróneamente las acciones de la pareja y sentirse herido fácilmente.  

Empezar discusiones repentinas con el fin de buscar validación o comprobar que la pareja aun esta interesada.  

Celos y dudas que parecen no mejorar a pesar de los intentos de ambos por estar bien.  

Miedo excesivo al abandono. 

 

Es importante tener en cuenta que la presencia de uno o varios de estos síntomas no significa necesariamente que una relación está condenada al fracaso. Reconocer y abordar los patrones de apego ansioso puede ser el primer paso hacia una relación más saludable y equilibrada. La comunicación abierta, la comprensión mutua y, en algunos casos, la ayuda profesional pueden ser recursos útiles para trabajar en estos desafíos dentro de la relación. 

 

Continúas vinculándote con personas que no están disponibles emocionalmente?  

 

La búsqueda de vínculos afectivos es una parte fundamental de la experiencia humana. Sin embargo, a veces caemos en el patrón de encontrar personas que emocionalmente no se encuentran disponibles por diferentes razones.  

 

Cuando esto sucede es inevitable sentir frustración, enojo y hasta cansancio. Nos encontramos con personas que recién están saliendo de una ruptura y parecen tener todavía vínculo emocional con esa persona, o el típico caso de la persona que a pesar de reunir todaslas características necesarias para que una relación funcione, no desea compromiso o aun no sabe bien lo que quiere.  

 

Por que sucede?  

 

Muchas veces de manera inconsciente nos vinculamos con personas que emocionalmente no se encuentran disponibles porque nosotros mismos tampoco lo estamos. Es decir, si aun no tengo la confianza que necesito para creer en mi capacidad de tener una relación saludable sin sabotearla de manera inconsciente voy a buscar a personas que no impliquen necesariamente compromiso.  

 

En otras ocasiones la necesidad de afecto juega un papel importante, y es que en medio de la necesidad de conseguir pareja o formalizar algo con alguien no nos fijamos en las banderas rojas que son evidentes desde un principio.  

 

Signos de que esa persona no está emocionalmente disponible:  

 

●No prioriza pasar tiempo contigo.  

●No parece tener ningún interés pronto en comprometerse. 

●No tiene planes a corto o mediano plazo contigo.  

●Es inconsistente con el afecto que te brinda. Es decir, en ocasiones te quiere cerca y en 

otras demuestra indiferencia.  

 

Es importante revisar nuestra autoestima y comprender cómo nuestras maneras de vincularnos afectan nuestras relaciones. Al igual que el deseo de cambio o rescate que consiste en la atracción que sentimos por el desafío de cambiar o rescatar a las personasque conocemos, creyendo que esto nos dará un propósito o validación.  

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