La Cumbre Iberoamericana busca promover la digitalización, el empleo y la sostenibilidad

El evento resalta la importancia de la colaboración público-privada para el desarrollo económico
 
Narciso Casado es una figura clave en el ámbito empresarial iberoamericano. Como Secretario Permanente del Consejo de Empresarios Iberoamericanos (CEIB) y Director de Relaciones con Iberoamérica de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), ha dedicado más de 35 años a la diplomacia corporativa y la promoción de iniciativas que fortalecen las relaciones empresariales en la región. 

 
A lo largo de su carrera, Casado se ha consolidado como un referente en la articulación de estrategias que promuevan la competitividad empresarial y el crecimiento económico en Iberoamérica. Uno de los temas centrales en la agenda de Casado ha sido la transformación digital. 

Desde su liderazgo en CEIB, ha promovido la implementación de tecnologías emergentes y la digitalización de las empresas como herramientas fundamentales para el desarrollo sostenible y la cohesión social. Casado sostiene que, en un mundo cada vez más digital, las empresas deben adaptarse a los cambios tecnológicos no solo para mantenerse competitivas, sino también para contribuir al bienestar general. 

A propósito de la Cumbre Iberoamericana y el Encuentro Empresarial, eventos de gran relevancia para la integración regional, Casado ha liderado iniciativas que buscan fortalecer la colaboración entre los líderes empresariales y los gobiernos de la región. En estos foros, su enfoque ha estado en crear condiciones favorables para la inversión y el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas, así como en fomentar la innovación abierta, donde grandes corporaciones y startups trabajan de la mano para resolver los retos actuales.

Casado también es un defensor de la sostenibilidad empresarial, destacando el papel crucial que tienen las empresas en la implementación de prácticas responsables que beneficien a las comunidades locales. Bajo su liderazgo, el CEIB ha desarrollado espacios que abordan la empleabilidad juvenil, la sostenibilidad y la digitalización como pilares fundamentales para el desarrollo de la región.
 
Con más de 35 años de experiencia en diplomacia corporativa, ¿cuál considera que ha sido el impacto más significativo de su trabajo en la creación de alianzas entre los actores empresariales y económicos de Iberoamérica?
Trabajar desde las organizaciones empresariales y para las organizaciones empresariales. La labor y el esfuerzo que se realiza desde las instituciones que defienden a los empresarios y empresarias, sus ideas, planteamientos y vocaciones empresariales es fundamental. Lo más importante es que siempre se ha hecho en equipo, el de CEIB y con toda la red de la Organización Internacional de Empleadores (OIE). Esta es la clave del éxito.

Nosotros lo que hacemos es coordinar y poner encima de la mesa temas, retos; buscar ejemplos y experiencias de éxito que ya existen en nuestras organizaciones; y, sobre todo, vertebrar un espacio empresarial iberoamericano que está formado por las organizaciones empresariales presentes en la región y que ya son exitosas en sus países, cumpliendo una labor fundamental de diálogo social y de diálogo público-privado con los gobiernos.

La Cumbre Iberoamericana y el Encuentro Empresarial se han consolidado como espacios clave para la integración regional. ¿De qué manera estos eventos fomentan la colaboración entre empresarios de Iberoamérica y qué nuevas oportunidades espera que se presenten en la próxima edición?
Partimos de la base de que para nosotros las Cumbres Iberoamericanas son la mejor herramienta de integración regional que existe, y los Encuentros Empresariales, la mejor manera de materializar y dar visibilidad a la importante labor que hacen los empresarios de todos los países por el crecimiento, el empleo, la formación y el desarrollo de la región.

Estos eventos no solo fomentan la colaboración entre empresarios, sino también con los representantes de los gobiernos de Iberoamérica. Durante el Conversatorio de Jefes de Estado y de Gobierno, un momento clave, los líderes empresariales les trasladan sus recomendaciones, prioridades, demandas y compromisos más apremiantes para la región.

Los objetivos se traducen en una mayor cohesión social e integración regional que se materializa en acciones decisivas para interconectar la región. A través de los Encuentros colaboramos para ayudar a orientar las políticas públicas y crear un entorno empresarial favorable, mejorando el clima de negocios. Y lo más importante, perseguimos facilitar y fomentar el diálogo entre el sector público y privado. Una de las principales novedades en esta edición que fomenta la colaboración entre empresarios será la posibilidad de realizar encuentros B2B para impulsar y potenciar los negocios y las inversiones en la región.

 
Este año, Ecuador será anfitrión de la Cumbre Iberoamericana y del Encuentro Empresarial. Desde su perspectiva, ¿qué importancia tiene el papel de Ecuador en la región, y cómo espera que este evento fortalezca su liderazgo económico y empresarial en Iberoamérica?
Partimos siempre del concepto de que las cumbres se celebran desde un país, pero son regionales y en clave iberoamericana. El papel de Ecuador está siendo y será fundamental por el compromiso de todas las instituciones que tienen un rol determinante en el evento, desde el Gobierno hasta las organizaciones empresariales, las empresas, las instituciones de Ecuador y también de Cuenca, con las que hemos mantenido un intenso programa de reuniones.

Ecuador tiene todos los componentes necesarios para ser un país muy atractivo de cara al exterior por sus relaciones prioritarias con otros países y áreas subregionales. Un tema de gran importancia es que en Ecuador ha sido y es un ejemplo de unidad de sus organizaciones representativas, como la CIG o la CIP, representadas por sus líderes Francisco Jarrín y María Paz Jervis; y aglutinadas ambas, junto a las principales del país en la Federación Nacional de Cámaras de Industrias del Ecuador. También es importante destacar el papel de la CIPEM y su presidente, Juan Pablo Malo. Por tanto, se han sumado esfuerzos para que el Encuentro Empresarial Iberoamericano sea el éxito que todos deseamos.

Uno de los ejes temáticos de la Cumbre este año es la empleabilidad. ¿Cómo considera usted que los líderes empresariales pueden contribuir a mejorar las tasas de empleo en la región, especialmente en sectores emergentes impulsados por la innovación y la tecnología?
Para mejorar las tasas de empleo lo primero que hay que hacer es afrontar el problema desde una visión integral, que contemple medidas desde distintos ámbitos. Creo firmemente que hay que emplear un enfoque dual: facilitar el acceso a empleos formales y brindar una formación de calidad adaptada a las demandas del mercado laboral del futuro.

Abogamos por una sinergia entre el sistema educativo y las empresas para optimizar los resultados, siempre en consonancia con políticas eficaces por parte del sector público para promover el acceso de los jóvenes al mercado laboral. Destacar, además, que en materia de empleo los empresarios tenemos mucho que decir y que aportar.

 
El Consejo de Empresarios Iberoamericanos (CEIB) tiene un rol crucial en la representación de las empresas en la región. ¿Cuáles son los principales desafíos que las empresas iberoamericanas enfrentan hoy en día en términos de competitividad y sostenibilidad?
Hace apenas unos meses hicimos público el III Observatorio de la Sostenibilidad en Iberoamérica, un estudio que recoge las opiniones de más de 770 instituciones y empresas de todos los sectores de 21 países de la región. Y he de decir que la gran mayoría considera que los principales desafíos a nivel global en los próximos tres años se centran en: el cambio climático, la crisis económica y la ciberseguridad.

Estos retos son considerados críticos en el contexto actual, marcado por la sucesión de diversas crisis, incluyendo la pandemia de COVID-19, la guerra en Ucrania, el conflicto en Gaza, la crisis de suministro de materias primas y la polarización social. Todo ello influye sobremanera en la competitividad y la sostenibilidad para las empresas. Les recuerdo la importancia también de volver a la senda de la inversión, el desarrollo y el crecimiento, un compromiso clave adoptado por los líderes empresariales en la pasada cumbre celebrada en República Dominicana.

La inclusión es otro tema clave en la próxima Cumbre. Desde su experiencia, ¿cuáles son las mejores prácticas que ha observado en la región para promover la inclusión en el entorno empresarial y qué papel juegan los empresarios en este proceso?
Nuestra prioridad siempre deben ser las personas. El crecimiento estable y sostenible de la región depende, en gran medida, del esfuerzo que hagamos para evitar la exclusión y que nadie se quede atrás. Y la única manera de romper las desigualdades es promover el empleo y la formación como las mejores fórmulas de inclusión social. Son muchas las experiencias de éxito de las organizaciones empresariales miembros de CEIB en esta materia, que van desde la pedagogía empresarial, siempre necesaria, hasta acciones concretas como la creación de agencias o de instituciones para posibilitar la búsqueda de trabajo.

Una de las mejores maneras de llevar esto a cabo es buscar medidas adecuadas para mejorar las condiciones de acceso al empleo y para ello la empresa es protagonista en este proceso. Y me parece también imprescindible potenciar las inversiones de triple impacto, haciendo que las empresas no solo inviertan, sino que lo hagan mejor. Las inversiones hoy en día cada vez son más verdes, sostenibles e inclusivas. Deben ser eficaces y que ayuden a todo el mundo por igual. Para ello, apostar por proyectos que beneficien a las comunidades locales e implicarlas desde un principio en lo que será el resultado final es esencial.

Ecuador se ha destacado en los últimos años por su enfoque en sostenibilidad. ¿Qué aprendizajes o buenas prácticas de sostenibilidad empresarial cree que Ecuador puede compartir con otros países durante esta Cumbre?
Las buenas prácticas hay que compartirlas, adoptarlas y adaptarlas, y no cabe duda de que hay muchas en la región. En Ecuador, uno de los elementos que más destacan en cuanto a la actividad empresarial en años recientes es el de los espacios generados para dialogar, planificar y coordinar acciones conjuntas, en beneficio del colectivo empresarial y de la comunidad en general.

Estos espacios han favorecido el desarrollo de acciones colectivas con un impacto inmediato y positivo en las áreas de sostenibilidad, especialmente en el aspecto social, destacando acciones relacionadas con la educación en general (incluyendo el levantamiento de escuelas en áreas rurales donde hay presencia de empresas), formación emprendedora (la iniciativa Red Victoria), programas para reducir la incidencia de la desnutrición infantil (los Bancos de Alimentos), formación de la población para contribuir a la reducción de la violencia basada en género y para la reconstrucción y fortalecimiento del tejido social en pro de la reducción de la inseguridad ciudadana (la iniciativa Mangle Inc.). Recordar, además, que la sostenibilidad es uno de los ejes temáticos del Encuentro Empresarial, además de la empleabilidad y la inclusión, la innovación y la inteligencia artificial, o las infraestructuras, entre otros.

Desde su perspectiva, ¿cómo ha evolucionado el papel del empresario iberoamericano en la última década, y cuáles son las habilidades más importantes que los líderes deben desarrollar para mantenerse competitivos en un entorno global cada vez más digitalizado?
En los últimos años se han transformado los modelos de liderazgo tradicional, demandando nuevas fórmulas, bajo parámetros más colaborativos, colectivos y consensuados. Nunca hasta ahora había sido tan importante el liderazgo comprometido y el diálogo social como herramienta. Nuestro futuro cercano depende, en gran medida, de la calidad de los liderazgos, no solo en los gobiernos, sino también en el sector privado y en las organizaciones sociales.

Hay que fomentar la pedagogía y no la demagogia, y liderazgos propositivos y no defensivos, que apuesten por consensuar, y no por dividir o polarizar. Necesitamos liderazgos firmes, proactivos y transparentes, en los que primen las ideas, la creatividad y la innovación, el autocontrol, la perseverancia y la capacidad de comunicación. Tenemos que apostar por modelos que congreguen a los distintos y no solo a los iguales, para ampliar el abanico de propuestas y de posibles soluciones en esta etapa crucial de transformación para el mundo y, sobre todo, para Iberoamérica.

 
¿Cómo cree que las organizaciones empresariales pueden fomentar una cultura de colaboración más estrecha entre el sector privado y los gobiernos, para impulsar el desarrollo económico y social en Iberoamérica?
Está en el ADN de los empresarios y de sus organizaciones representativas estos dos conceptos: colaboración y diálogo, es lo que hacemos y estamos comprometidos a seguir haciendo. Es verdad que, por un lado, estamos las instituciones que formamos parte de lo que a mí me gusta llamar el "Espacio Empresarial Iberoamericano", que lideramos las 25 organizaciones empresariales miembros de CEIB y de OIE y las 17 Ajes que pertenecen a la Federación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios (FIJE); y por otro, los representantes de los gobiernos e instituciones públicas de Iberoamérica.

Y para fomentar la colaboración público-privada, les aseguro que lo hacemos a diario en cada una de nuestras reuniones, a través de las iniciativas y grandes foros que llevamos a cabo, la gran mayoría de ellos en estrecha cooperación con la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB). Sin duda, el ejemplo más claro de diálogo y colaboración público-privada real son los Encuentros Empresariales de las Cumbres Iberoamericanas. El conversatorio de Jefes de Estado y de Gobierno que cierra el Encuentro Empresarial y da paso a la cumbre política, sirve para plasmar esa colaboración de la que venimos hablando, a modo no solo de recomendaciones, sino también de compromisos a los que después se les da seguimiento, y que reflejan las prioridades y demandas más apremiantes para la región.

Además, en el periodo entre cumbres, esta colaboración también queda patente a través de nuestras líneas permanentes de trabajo, como el Foro de la Mipyme, el de Innovación Abierta, el de Turismo Inclusivo, Justo y Sostenible, y dos líneas nuevas que acabamos de poner en marcha: empleabilidad juvenil y conectividad y digitalización. En todos ellos, contamos siempre con el sector público y privado de la región, para asegurar la viabilidad y afianzar todo lo que necesita Iberoamérica. Y no puedo acabar sin invitarles a participar en la gran cita empresarial en Cuenca, Ecuador, los días 13 y 14 de noviembre, de la que podrán encontrar más información e inscribirse en: