CÓMO COBRAR UNA DEUDA SIN QUE TE ODIEN

Cuando se trata de deudas, el malo siempre termina siendo quien cobra y no quien debe. Por eso, aquí le traigo formas infalibles para que le devuelvan esa plata sin que usted acabe convertido en un señor Barriga de la era moderna (aunque si El Chavo fuese grabado hoy, sería El Señor Barrigue, el Señor de Talle Especial o El-Señor-Que-Tiene-Barriga-Pero-Se-Autopercibe-Como-Flaco).

 

Estas técnicas de cobranza se deslindan por completo de esa vieja estrategia de llamar al moroso solo para “saludarlo” o, si no, de escribirle desde números desconocidos. Esos trucos son más viejos que falsificar la firma del papá de uno en la boleta del colegio.

 

Por eso, aquí le traemos unas técnicas de cobro novedosas cortesía de este servicio de inteligencia artificial (y recalco el “artificial” porque mi inteligencia aún usa un correo de Yahoo).

 

Comience por invitar a ese deudor a comer en un restaurante muy fino para afianzar los lazos y pasar la página. Una vez estén en el sitio, pidan los platos más caros, las mejores bebidas y empiecen a comer. Cuando ya vaya terminando, finja que le entra una llamada al celular en donde le avisan de una emergencia familiar que requiere de usted de inmediato. Entonces párese de la mesa afanado y diga: “¡Paga tú y luego nos arreglamos!”. Acto seguido, desaparezca.

 

Una técnica que nunca falla es la de preguntarle al moroso si conoce a algún terapeuta de confianza. Ello, debido a que hace unos días usted se puso algo violento y terminó golpeando a una persona que le prometió algo y nunca lo cumplió.

 

Otra forma de cobrar es la de adoptar políticas de grandes empresas internacionales. Cobre lo adeudado en cómodas cuotas. Aunque no cobre en 12, 36 ó 48 meses. ¡Sea pionero! Invite a pagar la deuda en 360 meses (lo cual equivale a 30 años) y así, de una vez, asegura su pensión de jubilación.

 

Eso sí, como todo negocio próspero, usted debe estar abierto a recibir muchas formas de pago. Por eso, dé la opción de aceptar el cobro de la deuda en Bolívares. ¡Ah!, pero en ese caso no dé 360 meses de plazo, pues no sabe si en el mes 157 cambien el Bolívar Digital a Bolívar No Binario.

 

También puede montar una campaña de GoFundMe en donde finja tener una nueva enfermedad desconocida y para la cual necesita donativos urgentes. Tómese fotos en una cama y diga que padece de un síndrome muy raro al cual han bautizado Dalailamitis Trumpítica Shakiripiquerréica.

 

Otra manera de cobrar la plata es diciéndole al deudor que usted le condona la deuda por completo. Así como lee. Y la razón es porque usted es fiel creyente de la ley del karma en donde todo lo que alguien da, se le devuelve. Entonces explíquele que, a la gente morosa, la vida le devuelve cincuenta años de internet lento, pocetas que bajan a medias, jabones de baño con pelos pegados, tazas de café frío, computadoras con Windows viejo, medias de poliéster sin talco y celulares a los que la pila les dura sólo una hora.

 

Así mismo, puede acudir a la técnica del fan de redes sociales. Dele “me gusta” a todas las publicaciones del deudor para que éste sepa que usted lo tiene vigilado. Aunque si esta técnica no surte mayor efecto, pase a la fase de las indirectas de amor con montos sugerentes en la caja de comentarios. Déjele mensajes como:

 

  • Son más de 50 mil las razones para querer esta cuenta.

 

  • ¡Esta cuenta debería tener 150 mil seguidores!

 

  • ¿Por qué esta publicación no tiene 300 mil comentarios?

 

  • ¡No sé qué está esperando el Bank of America y su servicio de transferencias Zelle para hacer publicidad en esta cuenta!

 

Y bueno, si nada de esto le funciona, haga como yo. Escriba un artículo y mándeselo a todo el mundo con la excusa de que es una columna de humor (aunque en verdad es un mensaje encriptado para ver si terminan de pagarme una plata que me deben por ahí).

Fuente

Reuben Morales