Trastorno por Déficit de Atención/Hiperactividad: guía rápida para padres

El TDAH es un trastorno neurobiológico que afecta la capacidad de los niños para concentrarse, regular sus niveles de actividad y controlar impulsos, comenta Nadia Paulina Arvizú Martínez, psicóloga con especialidad en neuropsicología del Centro Médico ABC.

Es considerado como un trastorno neurobiológico dado que se relaciona con alteraciones en determinadas áreas cerebrales, funciones cognitivas y en el sistema de neurotransmisión, el mecanismo mediante el cual las neuronas se comunican entre sí y con otras células del cuerpo, en especial, el relacionado con la dopamina y norepinefrina, sustancias que intervienen en la atención y regulación de la conducta.

Áreas del TDAH en niños 

  • Inatención: dificultad para prestar atención a detalles y permanecer involucrado en tareas que requieren esfuerzo mental constante, tendencia a ser olvidadizo, desorganizado en las tareas escolares, perder objetos de uso cotidiano y dificultades para seguir instrucciones, entre otras.  
  • Hiperactividad: los niños suelen experimentar altos niveles de actividad, tienen dificultad para permanecer sentados o quietos, esto puede ser tanto en momentos de trabajar como de jugar de manera tranquila, momentos donde deberían estar sin moverse o sin hablar mucho. 
  • Impulsividad: suele caracterizarse por dificultad para esperar turnos, tendencia a contestar a preguntas antes de que terminen de ser formuladas, interrumpir las conversaciones y tomar decisiones sin analizar las consecuencias, cuando se espera que así sea.  

¿Cómo puedes saber si tu hijo tiene TDAH?  

Los síntomas suelen aparecer antes de los 12 años y, dependiendo del predominio en la manifestación de una o más áreas, se establece el diagnóstico de TDAH que puede ser:

  • TDAH con presentación predominante con falta de atención.
  • TDAH con presentación predominante hiperactiva/impulsiva.
  • TDAH con presentación combinada, en la que se observa una combinación de las tres áreas.  

La Psicóloga Arvizú añade que pueden observarse variaciones en cuanto a la severidad con que se presentan los síntomas del TDAH, así como a los trastornos asociados o comorbilidades de los que puede acompañarse, entre los que figuran el trastorno de ansiedad, trastornos de aprendizaje o el trastorno negativista desafiante, donde hay un patrón persistente de desobediencia, actitud desafiante o comportamiento hostil; entre otros.

La detección temprana y una adecuada caracterización del TDAH y sus comorbilidades son factores de especial relevancia de cara a plantear el tratamiento o las estrategias para el manejo de las necesidades de cada niño. Por ello, es importante que los padres y maestros estén atentos y mantengan comunicación entre ellos en caso de observar comportamientos persistentes propios del TDAH, los cuales pudieran llegar a interferir en el desempeño cotidiano de los niños.

Reconocer las señales que podrían ser indicadores no siempre es fácil, debido a que en ocasiones pueden interpretarse como conductas de rebeldía o apatía.

Otra variable que puede confundir su detección se relaciona a que, en algunos casos, en función a ciertos contextos o circunstancias, los menores que viven con TDAH pueden llegar a mantener una adecuada capacidad para concentrarse y permanecer involucrados en algunas actividades por periodos prolongados de tiempo. Aunque esto con frecuencia se debe a que están involucrados en tareas o actividades que son de especial interés para ellos, sobre todo, si la tarea implica estimulación constante, un ejemplo de esto es el uso de dispositivos electrónicos, también puede ser cuando hay tareas novedosas o si el menor está bajo supervisión de manera individual.

En caso de que se cubran estas características, es recomendable buscar consulta con un especialista para identificar la presencia o no de TDAH.

Generalmente el médico pediatra, al ser el especialista que está en contacto más frecuente con el niño, es el que puede llegar a identificar situaciones relacionadas al TDAH, y remitir a los especialistas pertinentes para confirmar el diagnóstico y poder tratar de forma conjunta esta condición, entre ellos, el neurólogo pediatra, el paidopsiquiatra, el psicólogo infantil y el neuropsicólogo infantil.

El diagnóstico del TDAH se realiza con base en la observación clínica; esto quiere decir que no existe un examen médico único a partir del cual se pueda hacerlo. Por tanto, es imprescindible partir de la observación detallada, recabar información de diversas fuentes y la evaluación de los síntomas asociados al TDAH, para poder obtener un diagnóstico adecuado.

La Psicóloga Nadia Arvizu añade, que la evaluación neuropsicológica juega un papel importante dentro del diagnóstico y seguimiento del TDAH, dado que permite obtener un perfil de funciones cognitivas y de la conducta del menor, así como identificar comorbilidades asociadas al TDAH que permitan adecuar el plan de tratamiento.

La vida después del diagnóstico 

Dado que el TDAH es un trastorno y no una enfermedad, no es posible hablar de una cura, pero sí de un tratamiento que pueda modificar su curso.

Existen múltiples vías en el tratamiento, que pueden incluir intervenciones farmacológicas y no farmacológicas, dentro de estas últimas está la terapia conductual, psicopedagógica, terapia de aprendizaje, por citar algunos ejemplos.

También es importante, que los padres unan esfuerzos con los maestros, y el personal de salud implicado en la atención de los niños con TDAH.

La detección e intervención oportuna del TDAH, bajo un marco en el que padres, maestros y personal de salud sumen esfuerzos en pro de los niños, facilita que logren un mejor manejo de sus síntomas, adquieran herramientas que les permitan hacer frente a esta condición y puedan llevar una vida satisfactoria en los diferentes ámbitos en que se desenvuelven.

En el Centro Neurológico y en el Centro de Pediatría del Centro Médico ABC, contamos con equipo especializado para brindar atención no solamente a niños y niñas que han desarrollado TDAH.